Despidiéndonos de Frankfurt y de Alemania

 Recién puedo escribir nuestro último Blog. Ayer, jueves 22, fue imposible, ya que tuvimos un día muy movido.






Temprano en la mañana, dejamos nuestras maletas listas y guardadas en el hotel y partimos rumbo al Museo de la Comunicación o Museum fur Kommunikation, en alemán, donde pudimos ver y entretenernos con este mundo tan importante en nuestros días.  La muestra está dedicada a la historia y desarrollo de las comunicaciones en nuestra civilización.

 






Vimos teléfonos, radios y televisores antiguos, pasando por una minicentral telefónica, en la que, jugando a ser operadores telefónicos, comunicamos a “Paul” y “Anna”.  Además, hay una sección especial, donde se recrea el funcionamiento del sistema de correo, pero de cartas escritas a mano, partiendo desde que se echa  al buzón, hasta que llega a su destinatario, pasando por la clasificación, embalado en sacos previamente rotulados y su distribución en carros especiales dependiendo del lugar del mundo del que se trate.



 












Vimos también las antiguas máquinas de escribir, y otros sistemas utilizados para comunicarnos, por ejemplo, el Fax o el Télex y la importancia de la comunicación en diversas situaciones de la vida real, por ejemplo, en el caso del Titanic. En una muestra fotográfica se explicaba cómo muchas personas podrían haber sobrevivido si los barcos de la época hubiesen contado con sistemas de radio, ejemplificado en el hecho de que un barco que estaba a unos pocos kilómetros del hundimiento, no se enteró a tiempo de la llamada de emergencia y, que, de haberlo hecho, podría haber salvado a muchas personas.

Había otras posibilidades de interactuar en el museo, y Florencia Leiva y Agustina, lo aprovecharon para jugar a comunicarse entre sí a través del lenguaje de señas y lograron transmitir, y entender, un mensaje sin mayor problema.

 



Se analiza también lo relevante de las comunicaciones en la guerra y las catástrofes, así como el lenguaje de programación, utilizadas en la computación y los mensajes que se han “enviado” a los extraterrestres, desde la NASA.

La verdad es que fue muy interesante la visita, y con esa experiencia, partimos rumbo al Museo del Cine, o Deutsches Filmmuseum, que se encuentra muy cerca del anterior.

 

Este museo tiene un cine interior, en el que se muestran películas antiguas, lo que fue el espacio ideal para nuestros alumnos. Además, se hace un recorrido por las diferentes etapas de la producción cinematográfica, como el vestuario, maquillaje, escenografía, musicalización y otros.







 

Lo que resulta muy entretenido es conocer la manera en que se hace una película y los instrumentos utilizados, desde las cámaras más antiguas hasta los modernos equipos actuales. Con un muy buen montaje, se van recorriendo diferentes épocas de este arte, comenzando desde los primeros logros cuando en un cajón de madera, con espejos de diferente forma, le daban vida, a paisajes de la época o las primeras máquinas para diapositivas, que en realidad sólo eran paisajes  pintados sobre vidrio que eran proyectados a través de una caja con una luz interior. 


                               






También se muestra la utilización del espejo, en diversas formas, cónicos o cilíndricos, ubicados en diferentes posiciones dentro de un plano, como una manera de traspasar imágenes a dos o más dimensiones. 





En otra sección hay una muestra de fotografías de artistas de distintas nacionalidades, todas autografiadas y de mucho valor histórico para el cine. También pudimos ser parte de una película en la que una gran hormiga nos atacaba si nos acercábamos mucho a ella.


 


Salimos del museo y fuimos, por última vez, al Mall cerca del hotel. Había algunas maletas y bolsos que comprar. Almorzamos y retiramos nuestras maletas. En el lobby del hotel vino el rearmado de equipaje y cuando terminamos, tomamos el tren que nos llevaría al aeropuerto. 






¡Ahí comenzaron nuestras siguientes 26 horas! Aeropuerto, entrega de equipaje, tarjetas de embarque, policía internacional y un interminable número de trámites, en tres países diferentes. Con una escala de casi 4 horas en Sao Paulo, finalmente llegamos a Chile y pudimos encontrarnos con nuestras familias cerca del mediodía.








Me imagino que a esta hora, cada uno en su casa, y junto a su familia, está todavía reviviendo estos últimos 19 días que, sin duda, fueron muy significativos para todos.

 

En Frankfurt íbamos a hacer una reflexión entre todos, para evaluar cómo estuvo el viaje de estudios, sin embargo, el tiempo no nos alcanzó. Mientras tanto, pedimos a los alumnos que, en forma voluntaria, escribieran qué sentían después de esta experiencia.

En el siguiente blog copio, tal como lo enviaron, las reflexiones de quienes quisieron escribir.



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