Recorriendo Hamburgo
Hoy fue un día dedicado a recorrer Hamburgo, por tierra, en un City Tour, y por barco, en el puerto, que está en plena celebración de su aniversario. Bien por nosotros, porque hemos visto la ciudad, y especialmente el puerto, lleno de actividad.
En la mañana, caminamos todos juntos hasta el Rathaus, bueno, en realidad los hombres se fueron es scooter, pero nos encontramos todos allá. Nos dividimos en dos grupos y, cada uno con su guía, partimos a recorrer la ciudad. En el camino nos encontramos con “Chilehaus” o la Casa de Chile, un gran edificio construido por un alemán que hizo su fortuna en Chile a través del salitre. Con forma de la proa de un barco y ubicado en la parte comercial de la ciudad, el edificio es Patrimonio de la Humanidad.
Imposible hablar de Hamburgo sin mencionar el gran incendio que quemó 1/3 de la ciudad en 1842, ya que buena parte de la construcción posterior a eso tiene su explicación en él. Estuvimos en el lugar mismo en que comenzó el incendio, en el sector en que vivían los comerciantes de la época, aprovechando la parte alta de sus casas como bodegas. Desgraciadamente, este hecho fue determinante para expandir aún más el fuego, ya que los habitantes del sector, pretendiendo salvar sus casas, y las del barrio, botaron grandes cantidades de alcohol al río, misma agua que luego usarían los bomberos para apagarlo. Lógicamente, el efecto fue, exactamente el contrario.
Estuvimos conversando sobre el Rathaus, que también se quemó, por
lo que lo que hoy día está en el centro mismo de la ciudad fue construido bastantes
años después. Es un gran edificio, como los que hemos visto en Bremen, en el
cual todavía funciona la Alcaldía de la ciudad, además de otras oficinas
administrativas.
Fue muy interesante saber que, en Hamburgo, los cisnes tienen un
significado único, lo que estaría demostrando esa “soberbia” de sus habitantes,
considerando que estas aves sólo podían tenerlas las casas reales. Para esta
ciudad, el cisne representa la libertad, por lo tanto, nunca deben faltar en
las lagunas de la ciudad. Por esa razón, acá los cisnes son protegidos por ley,
y hay una persona encargada de su cuidado, el “Padrino de Cisnes”, quien además
de ocuparse de que tengan todo lo necesario para vivir bien, a comienzos de
invierno debe trasladarlos a un lugar seguro, con aguas temperadas, para que
sobrevivan al frío. Luego, cuando el clima mejora, debe devolverlos a la
ciudad. Tal como decía antes, está penado por ley, cazar cisnes y comer su
carne, pero lo que es más importante, también se castiga a quien los ofende…
Vimos, desde fuera, la Iglesia de San Pedro o “Petrikirche”, en alemán. Construída sobre una antigua catedral, que a su vez ya había sido
construida y derrumbada anteriormente, fue consumida por el incendio de 1842.
Nuevamente se construyó una catedral en un lugar cercano al anterior pero,
fuera de lo curioso que son sus construcciones y destrucciones en el tiempo, lo
es el hecho de que hoy en día, en el mismo templo, funcionan dos credos, que conviven sin ningún
problema. Tanto la iglesia católica como la protestante luterana acogen a sus
fieles en este lugar. Celebran sus ritos en horarios diferentes y comparten los
espacios, respetándose entre ellos. A pesar de que esto no debiera extrañarnos,
por que son más los elementos que unen que los que separan a ambas iglesias
cristianas, la realidad que hemos visto tantas veces, ponen en duda que una
situación como ésta pudiera existir. ¡Bien por la Iglesia y los creyentes!
Los efectos de la segunda Guerra Mundial también se ven en la
ciudad, que fue bombardeada en lo que se llamó la operación “Gomorra”. Como
testigo, aún permanecen en pie los restos de “Nikolaikirche” o Iglesia de San Nicolás que, habiendo sobrevivido al incendio,
terminó por destruirse en buena parte, producto de los bombardeos. Hoy, el
lugar es un monumento para recordar a las víctimas de la guerra, tanto por las
bombas como en los campos de concentración. La iglesia sólo mantiene su torre que,
en algún momento fue el edificio, más alto del mundo. Al mirarla, recuerda al
Dom de Köln, de hecho, en cierta forma, se pretendió imitarlo.
Visitamos también el lugar donde se emplazó el primer puente de
Hamburgo, sus barrios comerciales a orillas de los canales, y muchos otros
lugares con historias entretenidas y muy bien relatadas por nuestros guías. Nos
enteramos de algunas cosas curiosas, por ejemplo, que Hamburgo tiene más de
2.300 puentes, lo que no es de extrañar por la gran cantidad de canales que la
atraviesan y, que para poder construir sobre tanta humedad, antiguamente los
cimientos se hacían de madera, en algunos casos, como en el Rathaus, se
utilizaron más de 2 millones de troncos. Hoy día, cantidades equivalentes de
estructuras de concreto y fierro soportan los grandes edificios de la ciudad.
Finalizado el tour, almorzamos algo y nos fuimos a dar un paseo en
bote por el puerto, en el río Elba. A pesar de que nuevamente el relato era en alemán,
esta vez era “en vivo”, y no una grabación, lo que lo hizo mucho más
entretenido que los anteriores. Sumado a eso, la gran cantidad de personas en
el puerto por las celebraciones de la ciudad y los espectáculos de los barcos
en el agua hicieron de esta actividad algo novedoso y atractivo, especialmente
lo fue la presentación de un “barco bombero”. De color rojo y muy grande, lanza
enormes cantidades de agua por ambos costados.
Mientras navegábamos, cayó una lluvia torrencial, y luego granizos,
por lo que quienes estaban en la cubierta del bote se refugiaron rápidamente en
el interior. Los únicos que quedaron afuera fueron los más valientes, por
supuesto, entre ellos, varios de nuestros alumnos.
Más tarde, luego de la comida, iremos al puerto. Se supone que
habrá fuegos artificiales y mucha actividad entretenida. Pero eso, se los
cuento mañana. Por ahora, les dejo un adelanto con las fotografías que tomamos
en el camino de regreso al hotel.
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